La capacidad integradora del anticipador de futuro
Una buena parte de mi proyecto editorial sobre anticipación de futuro, se concentra en las capacidades y responsabilidades de la persona que lleva adelante esta disciplina integrativa, es decir, el anticipador de futuro. En esta oportunidad, nos ocuparemos de explorar quién es este anticipador, desde el punto de vista del ser ontológico.
Las competencias o habilidades ontológicas del anticipador —la comprensión sistémica de los problemas, la escucha de futuros, la articulación de escenario, el diseño estratégico y la adaptabilidad— configuran un tipo de ser en el mundo.
El anticipador, con todas sus características, encarna un paradigma particular sobre el futuro. Podríamos describir a esta persona como un arquetipo, aunque sabemos claramente que no lo es debido a su capacidad ontológica de adaptarse constantemente al contexto.
Si tuviéramos que describir este ser en el mundo —más allá de sus características—, podríamos decir que el anticipador ha podido nutrirse del proceso evolutivo cultural.
El anticipador y los atractores culturales
Para abordar el futuro es necesario tener la capacidad de definir un problema, escuchar el futuro, articular escenarios, realizar diseño estratégico y adaptarse. Estas competencias se complementan con una disposición ontológica para habitar el futuro en el presente y la habilidad de incorporar el recorrido evolutivo cultural que hemos tenido como sociedad.
En otro artículo hemos analizado, precisamente, el desarrollo evolutivo del futuro, un proceso constante de aprendizaje y adaptación. Este ciclo de evolución favorece la aparición de atractores culturales, calces adaptativos entre los problemas que van apareciendo y la forma de lidiar con ello.
Por lo tanto, el anticipador integra efectivamente los atractores culturales de seguridad, poder, orden, logro estratégico y sensibilidad. Veamos con qué finalidad:
Incorporando el atractor de seguridad, el más básico, tiene la habilidad del pensamiento mágico para crear lo que aún no existe.
Sumando el de poder, activa la capacidad declarativa para hacer mundos posibles en la narrativa.
Con el atractor de orden sigue la metodología y el rigor metodológico formal para que los procesos sean ordenados y probados.
Tomando el de logro estratégico, busca las mejores formas de escuchar el contexto y lograr capturar información de forma rigurosa para llevar a la estrategia lo recogido e impactar en los resultados presentes.
Adoptando el atractor de sensibilidad se nutre de la diversidad en la participación, la multiperspectiva y la capacidad de escucha de la diversidad para construir colectivamente futuros.
La combinación de atractores culturales se junta en la capacidad integradora que sostiene al el anticipador. Este entrelazamiento de competencias le permite articular nuevos futuros posibles y ocuparlos en el presente, generando estrategias más resilientes.
El aporte del anticipador de futuro
La figura del anticipador trae nuevas prácticas al mundo y reconfigura las posibilidades que tenemos alrededor. Por eso, juega un papel importante en diferentes contextos. Su mirada de futuro puede aportar en el universo público, privado y social.
En lo privado es sumamente útil para mirar el negocio desde otra perspectiva y lograr permanencia en el mercado.
Respecto a lo público, permite sumar el punto de vista de la ciudadanía, escuchar señales del futuro y estimular la toma de decisiones de impacto.
En lo social, articula futuros compartidos o nuevas posibilidades de regenerar sistemas.
De igual modo, podemos realizar una observación a nivel personal. Es un rol que le permite entenderse como un ser social que habita en un sistema. También es capaz de trabajar su propio futuro escuchando posibilidades emergentes y revisando el presente en función del impacto que quiere generar.
El papel del anticipador de futuro, con su capacidad única para fusionar competencias e integrar atractores culturales, trasciende los límites del ámbito privado y público para impactar en toda la sociedad, ejerciendo un papel vital en la generación de estrategias resilientes y en la apertura de nuevas posibilidades. Más allá de todo, el anticipador desempeña, sin lugar a dudas, un rol social.